
Las parejas que viven los romances de verano saben exactamente de que se trata y por eso viven su pasión con más intensidad. Es tiempo de diversión pura y actitudes que en la rutina podrían ser causa de enojo, en una relación de verano son divertidas.
Por eso. ¿Quién no recuerda con una sonrisa una aventura veraniega? ¿Quién ha podido olvidarlas, aún después de casados, o en pareja?
Los amores de verano valen la pena, siempre y cuando sepamos cuidarnos y saber decir adiós a la hora señalada. Si el romance perdura más allá de las vacaciones, entonces tendrá un valor agregado.
Siempre tendremos en nuestra memoria los momentos que vivimos junto a esa persona especial, momentos largos o cortos, bonitos o no tan bonitos, alegres o tristes, ¿qué más da?. En ese momento es lo que realmente importaba, era que esa persona estaba junto a nosotros.
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